Trastornos curiosos
Trastornos curiosos VIII: "Lo que el ojo no ve, y el cerebro imagina"
viernes, agosto 28, 2015
Los seres
humanos disponemos de captadores sensoriales que nos permiten mantener
comunicaciĆ³n con nuestro entorno, nos dotan de recursos para desenvolvernos y
sobrevivir en Ć©l, y nos ayudan a crear una realidad particular, adaptada a
nuestra especie y a su especĆfica forma de relacionarse con el hĆ”bitat.
Son
vista, oĆdo, olfato, gusto y tacto.
Todos
ellos componen una sinfonĆa de receptores y efectores nerviosos, de glĆ”ndulas
receptivas, de cavidades amplificadoras y demƔs maravillas de la naturaleza que
dan lugar a un individuo pleno de facultades sensoriales, y conectado de forma
total y automƔtica con su alrededor.
Cada
uno de estos sentidos tiene una estructura anatĆ³mica y funcional diferente y
compleja, que ademƔs estƔ invariablemente ligada al cerebro y las estructuras
nerviosas para lograr su objetivo Ćŗltimo.
En este
artĆculo nos centramos en el sentido de la vista, o mĆ”s bien, en los trastornos
mentales que estĆ”n directamente relacionados con la visiĆ³n.
Imagina que eres incapaz de ver, o al menos de ver de forma consciente. Que sientes los objetos, los tamaƱos y formas, la presencia de lo que hay a tu alrededor, pero no visualizas nada de ellos.
Es lo
que le ocurre a un afectado de VisiĆ³n Ciega o Ceguera Cortical, no son capaces
de visualizar lo que les rodea, pero si lo perciben, como si sus ojos vieran el
mundo, pero esta seƱal no alcanzara su cerebro y no creara imagen.
Es
curioso trabajar con afectados de Ceguera Cortical, pues si se les insta a
andar en un pasillo lleno de obstƔculos, a pesar de asegurar no ver ninguno,
serĆ”n capaces de esquivarlos todos, como una persona con la visiĆ³n intacta.
Suelen
ser afectados por traumatismos craneales que derivan en el trastorno.
El
siguiente trastorno visual curioso se denomina Ceguera al Movimiento, una variedad muy rara de visiĆ³n ciega.
El
paciente ve bien los objetos estƔticos, pero no los ve cuando Ʃstos estƔn en movimiento.
Si echa el cafƩ en una taza, capta sin problemas la cafetera, el plato, la
taza… pero el chorro aparece ante sus ojos como una columna helada e inmĆ³vil.
Es un trastorno invalidante por la confusiĆ³n e inestabilidad que crea en el afectado, el cual percibe su mundo como retazos de fotogramas sin conexiĆ³n ni coherencia.
Los coches, las personas, las imƔgenes de
televisiĆ³n aparecen y desaparecen de pronto a distancias diferentes, pero se
pierden en cuanto se mueven. Los pocos casos conocidos se han producido tras un
accidente cerebro-vascular.
El Ćŗltimo
trastorno visual que descubriremos hoy es la llamada Negligencia HemisfƩrica,
que consiste en el deterioro de los centros visuales de un hemisferio cerebral,
lo que provoca que el enfermo sĆ³lo vea la mitad de las cosas, y esta mitad es
la opuesta al hemisferio afectado (si el daƱo se produjo en el hemisferio
derecho, el paciente sĆ³lo verĆ” el lado izquierdo de las cosas).
Estos pacientes
sĆ³lo comen, por ejemplo, el lado izquierdo del plato, escriben en el lado
izquierdo del folio o se atan sĆ³lo el zapato izquierdo.
Sobra decir la complejidad de estas afecciones a nivel cerebral, y el impacto que sobre la vida de los individuos afectados causan.
En todos los
casos hablamos de personas que partĆan de una visiĆ³n normal, y que tras un
accidente cardiovascular o traumatismo cerebral, desarrollan el trastorno.
Personas que han
conocido una realidad completamente diferente y han de adaptarse a una nueva
forma de entender su mundo, una nueva forma de relacionarse con los demƔs y
consigo mismo, que genera en muchos casos un estado de invalidez parcial y
dependencia, muy limitante a nivel psicolĆ³gico para los afectados.
QuizĆ” enfrascados en nuestra visiĆ³n del mundo no seamos capaces de abarcar de forma real las implicaciones que este tipo de afecciones tienen, y la vulnerabilidad que desvelan del complejo organismo humano.
Somos una especie
mƔs en el mundo, que ha desarrollado sus propias formas de supervivencia y
adaptaciĆ³n Ć³ptima, pero que ha llegado a un nivel de conciencia existencial que
aĆŗn no conocemos en ninguna otra especie.
Esta capacidad de
autoanĆ”lisis, esta metacogniciĆ³n, nos enfrenta a nuestras debilidades y al
abismo de errores que puede sufrir nuestra maquinaria.
SĆ³lo continuando
con una ardua investigaciĆ³n, sĆ³lo con mentes curiosas que indaguen y se
cuestionen la estabilidad de nuestra especie, podremos seguir avanzando y
ayudando a nuestros congƩneres a mejorar su calidad de vida a pesar de este
tipo de trastornos.
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