Trastornos curiosos
Trastornos curiosos VII: Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas. Fantasía inundando la vida.
viernes, julio 17, 2015
En el
150 aniversario de la publicación de Alicia en el País de las Maravillas, de
Lewis Carroll, publicado en 1865 por la editorial Macmillan de Londres; quiero haceros llegar un
curioso trastorno psicológico que tiene mucho que ver con las aventuras de
Alicia en su mundo de hilarante fantasía.
Tiene tanta
similitud con el cuento de Carroll que, si bien su nombre médico es Micropsia / Macropsia,
también se acepta apodarlo Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas.
Alicia cayó por un
agujero que se escondía entre las raíces de un árbol y apareció en un mundo onírico, mágico y
espeluznante, donde su tamaño corporal dependía de los sorbos que diera a la misteriosa bebida de un frasco abandonado.
Podía ser
diminuta o gigantesca con dos tragos de líquido, y todo lo que percibía en ese
mundo se transformaba acorde a su talla.
Rodeada de seres
histriónicos, maléficos o entrañables, encajaba entre la locura y en la
aparente insensatez de ese raro mundo “No puedes evitar andar entre locos”, le dice a
Alicia el Gato de Cheshire, “Somos todos locos aquí”.
¿Pero qué ocurre
en la vida real, lejos de fantasías y cuentos infantiles?
¿Qué siente un ser humano que percibe el tiempo y las dimensiones de todo lo que le rodea distorsionadas, imposibles, inadecuadas?
El Síndrome de
Alicia en el País de las Maravillas es un trastorno neurológico que afecta a la
capacidad visual, provocando en el paciente una desfiguración de los objetos
que lo rodean y las partes de su cuerpo, viéndolos habitualmente de tamaño
menor de lo que son en realidad.
Los sujetos
perciben los objetos mucho más pequeños de lo que son, y al mismo tiempo
aparecen lejanos. Por ejemplo, un animal doméstico, como un perro, puede
parecer del tamaño de un ratón, o un coche como un coche de juguete. Esto
condujo a otra denominación del síndrome como visión o alucinación
Lilliputense.
La enfermedad es una alteración de la percepción; no afecta a la visión, sino a la interpretación cerebral de lo visto.
Para incrementar
la sensación de irrealidad, algunos pacientes también perciben el paso del
tiempo acelerado o ralentizado, dando lugar a una mezcla de síntomas que provocan
delirios y fuerte impacto psicológico.
Es fácil imaginar
las consecuencias emocionales, cognitivas y conductuales que este trastorno
tiene en la vida de los afectados, siendo además común que el trastorno se
inicie o sea más frecuente en la infancia y durante la noche, confundiéndose en
el inicio de la sintomatología con pesadillas infantiles.
Sólo una vez que los síntomas se dan de forma continuada y abarcan las horas diurnas o permanecen a medida que el niño crece, es cuando los padres o tutores pueden percibir disfunciones evolutivas y acuden al especialista.
Una vez
diagnosticado, el tratamiento es el mismo que para la profilaxis de la migraña:
anticonvulsivos,
antidepresivos,
betabloqueantes
y antagonistas del calcio, junto con estricto apego a la dieta de la migraña.
Se dan mejoras perceptibles en pacientes con estricto seguimiento del
tratamiento, por lo que es indispensable ante la aparición de cualquiera de los
síntomas de la enfermedad, acudir a un neurólogo para que descarte la posible
afectación del síndrome.
Como punto y
final del artículo de hoy, quiero compartir con todos vosotros la película que
Disney realizó basándose en la obra de Carroll, y que para muchos de nosotros
formó parte de nuestra infancia incluso antes de que el libro llegara a
nuestras manos.
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