infancia y adolescencia

Teoría de la mente: descubriendo la mente del otro en la infancia

lunes, marzo 09, 2015

 
En la edad adulta tenemos una concepción de la realidad basada en la asunción de los pensamientos ajenos como algo lógico e inevitable.
Nos relacionamos con los demás interpretando sus emociones y conductas basándolas en sus pensamientos.
Es decir, “adivinamos” lo que el otro piensa.
 
Esta capacidad nos permite relacionarnos y construir una vida social a varios niveles, desde los más íntimos (pareja, familia directa) hasta los más externos (compañeros de trabajo, grupos de aficiones, vecindario o en último nivel desconocidos con los que se interactúa puntualmente).
 
Sin la capacidad de interpreter la mente del otro nuestra vida en sociedad sería un caos.

¿Cómo tendríamos amigos si no fuéramos capaces de interpretar sus emociones y sus conductas en función de las nuestras?
¿Quién sería capaz de formar una pareja sin conocer los más íntimos anhelos y sentimientos del otro?
¿Qué ser humano puede sobrevivir en sociedad sin la capacidad de “leer la mente” ajena?
 
 
A esta facilidad interpretativa inherente al ser humano, que es principalmente inconsciente (no nos esforzamos para conseguir una interacción positiva, sino que fluye de forma intrínseca) se le ha llamado Teoría de la mente.
Térmido acuñado por Premack y Woodruff en 1978 tras realizar varios experimentos con Sally, una chimpancé que consiguió resolver problemas comprendiendo lo que los investigadores “esperaban” de ella (tenía por tanto la capacidad de entender lo que los humanos pensaban y sus expectativas).

La Teoría de la mente se desarrolla a partir de los 4 ó 5 años, cuando los niños empiezan a interpretar las conductas de los demás no en base a sus propias creencias, si no a los pensamientos que presuponen en el otro.
El experimento diseñado para evaluar la Teoría de la mente, se denomina "Falsa creencia" y se realiza presentando a los niños la siguiente viñeta:

En este experimento los niños menores de 4 ó 5 años piensan que Sally buscará en la caja donde realmente se encuentra porque se basan en su propio conocimiento, a partir de esa edad ya se es capaz de atribuir a Sally la creencia (falsa) de que la canica está en la cesta donde la dejó.
Esto supone hacer inferencias del estado mental de Sally y comprender como éste determina su conducta.
Uta Frith en el estudio de Espectro Autista en niños, propuso que la carencia fundamental de los afectados era la socialización y comprensión emocional del otro al no poseer una teoría de la mente que los permita inferir las cogniciones del otro, lo que convierte a los autistas en niños aislados y con importantes problemas de relación interpersonal.
A partir de los 4 años podemos reconocer en los niños el cambio de actitud ante el trato humano, es una etapa clave en la cimentación del rol social del niño por lo que es importante fomentar y optimizar las relaciones sociales.
En caso de observar tendencias al aislamiento y  dificultad en las relaciones interpersonales, es muy importante acudir a un especialista que evalúe las capacidades del niño y el progreso de éstas en corcondancia a su etapa vital para descartar anomalías o tartar las disfunciones con el major asesoramiento possible desde el inicio.
 
Dejo un interesante vídeo de un experimento real sobre la Teoría de la mente.
 
 

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