De los trastornos derivados de procesos degenerativos de la vejez éste sea quizá uno de los más espectaculares.
Se han escrito multitud de publicaciones y se han grabado numerosos casos debido a lo desconcertante del Síndrome de Diógenes.
Es un trastorno relacionado con pérdida o fallos de otras capacidades mentales, que también suele verse involucrado con afecciones comórbidas como depresión o fobia social, pero principalmente se liga a demencia o pérdida de facultades cognitivas por la vejez, ya que se presenta principalmente en adultos mayores de 65 años, principalmente que viven solos y que tienen algún tipo de pérdida cognitiva o social.
No hay que confundir el Síndrome de Diógenes con el Trastorno por acumulación, ya que en este último el paciente recoge y amontona cosas nuevas o usadas pero no personales; mientras que en el Síndrome de Diógenes la característica fundamental es la imposibilidad del individuo de deshacerse de cosas, es decir, acumula basura, restos orgánicos, ropa usada, desechos del día a día, heces y demás sin poder tirar nada de ello, y con la intención consciente de ordenar todo este cúmulo de restos, sin percibir el hedor o insalubridad que genera.
De hecho los casos suelen darse a conocer a través de familiares preocupados e incapaces de colaborar con el afectado, y también a través de vecinos que sufren el hedor, plagas de insectos, roedores y demás que provocan las acumulaciones de restos orgánicos.
Añadido al problema base de acumulación, se suma la falta de aseo personal y el desgaste social y cognitivo del afectado, que suele acabar recluido entre su propia basura y sin ser receptivo a las quejas e intentos de ayuda de los que le rodean.
En casos de parejas de ancianos que conviven, normalmente el afectado suele arrastrar al compañero a un comportamiento similar ya que no suelen contar con los recursos cognitivos o sociales para hacer frente a esta situación.
Si conoces o sospechas de algún caso cercano que pueda sufrir Síndrome de Diógenes, lo esencial es ponerse en contacto con los servicios sociales de la comunidad que notifiquen el hecho y se hagan cargo de la situación.
Desde aquí, como siempre, animo a cualquier persona que pueda sentirse identificada con las características del trastorno a que contacte con un psicólogo que le pueda asesorar y guiar para que el trastorno no evolucione.
Os dejo un programa donde se plasma en imágenes el drama de estas personas.
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