El prejuicio positivo.

viernes, noviembre 15, 2013

El prejuicio, como concepto, siempre ha tenido un matiz negativo, pues entendido como una idea preconcebida sobre algo o alguien, que nos lleva a actuar en base a esas creencias no confirmadas, se puede deducir un sesgo negativo hacia el objeto del prejuicio.

Si bien en cierta manera es así, y los prejuicios son el germen de conductas segregatorias, racistas, homófobas, etc, también es verdad que el prejuicio tiene una función evolutiva en nuestra especie, y es por ello que se mantiene en nuestra sociedad a pesar de todos los esfuerzos por erradicarlo y evitar conductas discriminatorias.

El prejuicio es una categorización automática en el inicio, es decir, cuando contemplamos otro ser humano, le atribuimos una "etiqueta" que lo encasilla en una tipología preconcebida.


Esta primera evaluación es inconsciente y forma parte del llamado ahorro cognitivo del procesamiento de la información, que hace que sólo la información relevante sea procesada de forma consciente, y lo superfluo queda aislado de la evaluación para evitar costes energéticos y de tiempo al cerebro, que si no usara este mecanismo, pasaría cantidades enormes de tiempo valorando cada información de los inputs sensoriales.
Es por tanto natural el etiquetar al prójimo, así se ha venido comprobando en numerosos estudios de psicología social, llegándose a demostrar que incluso personas que no se conocen previamente, al estar en una sala común y reunirles en dos grupos diferenciados por colores (grupo azul, grupo rojo) ; a la hora de valorar a los demás y ofrecerles una recompensa tendían a escoger a los miembros de su grupo, a pesar de no conocerlos en diferente grado del resto, por el simple hecho de pertenecer al mismo grupo.
Esta tendencia del ser humano a formar prejuicio y autoconcienciarse de la pertenencia a una tipología determinada de individuo (pertenezco al grupo de vecinos de la escalera A, al grupo de fútbol del barrio, a la asociación de feministas, etc) conlleva sesgos sociales que son los que en último lugar conforman las conductas discriminatorias.

Todo este tema es objeto de una intensa investigación en psicología social, con estudios como los de Henri Tajfel y John Turner sobre la identidad social y su consecuencia en la discriminación de grupos humanos, os recomiendo los libros Tajfel, Henri; Turner, John (1979). «An Integrative Theory of Intergroup Conflict, y Taylor, Donald; Moghaddam, Fathali (30-06-1994). «Social Identity Theory». Theories of Intergroup Relations: International Social Psychological Perspectives, en los cuales se desarrollan en profundidad estos conceptos.

* Recuerda: la capacidad discriminatoria del ser humano puede ser un arma de doble filo a la hora de evaluar al prójimo, es fundamental para la integración de todos los componentes de la sociedad y la armonía cívica entre diferentes culturas el saber valorar las características del otro como individuo, y no como grupo preconcebido.

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