Comportamiento automatizado: el cambio es posible.

viernes, noviembre 15, 2013

Hasta hace poco se pensaba que nuestro cerebro era un órgano que una vez desarrollado en su plenitud, se mantenía fijo, sin cambios en su estructura o en las conexiones sinápticas, a no ser que se produjeran lesiones por enfermedades o acciones externas.

Fue a través de la observación de cerebros lisiados tras traumatismos localizados, que daban lugar a disfunciones en áreas concretas del mismo (áreas motoras o visuales, por ejemplo) como se llegó a determinar que una vez se producía un problema en una zona concreta, el resto del cerebro desarrollaba nuevas conexiones sinápticas y se establecían uniones más fuertes que paliaban el fallo del área dañada, compensando en medida de lo posible la función que ejercía el órgano previo a la lesión.

Por ejemplo, si un paciente sufría un traumatismo que dañaba el área motora cerebral que controlaba el movimiento de su mano derecha, pasado el tiempo y mediante terapia adaptativa ( fisioterapia, gimnasia paliativa, etc) el individuo desarrollaba más fuerza y adaptación en su mano izquierda, que le permitía ejercer funciones que antes estaban destinadas a la derecha, como escribir o comer.

Una cosa tan sencilla como lo expuesto implica un gran cambio en nuestra concepción del cerebro, pues éste deja de ser un órgano pasivo y limitado a un crecimiento tope, y pasa a ser adaptativo y plástico, capaz de crecer y ajustarse a las demandas cambiantes del organismo.

Esta misma línea de pensamiento fue la que siguió hace 50 años Donald Hebb, quien propuso que la supervivencia de un terminal sináptico (y por ello de la o las neuronas que lo forman) depende - si no en su totalidad, al menos en parte - de su continua estimulación. Se ejemplifica fácilmente como "uso y desuso", es decir, nuestro cerebro se conforma de "caminos" eléctricos entre las neuronas, lo que crea una especie de plano de acción habitual, que da lugar a que ante determinadas situaciones tendamos a responder de la misma forma, pues es aquélla que más hemos usado en el pasado.
Sabiendo que el cerebro es plástico, sabemos que podemos "modelar" estos "caminos", y en la terapia cognitiva actualmente se trabaja con esta información para hacer comprender al paciente que cambiando su línea de pensamiento y respuesta habitual, puede formar nuevos "caminos" de cognición más positiva y adaptativa a los que recurrir.
Si ante un problema específico reaccionamos automáticamente con una respuesta que nos genera frustración y pesadumbre, podemos intentar una vía alternativa, generar un pensamiento nuevo más adaptativo que nos ayude a ser más felices.

Al principio es complicado porque el cerebro está muy acostumbrado a seguir las mismas vías de pensamiento, pero con esfuerzo y entrenamiento se puede conseguir en un período relativamente breve.

* Recuerda: 

No está de más intentar probar por nosotros mismos nuevas formas de entender nuestro entorno, pero si no eres capaz de superar tus reacciones desadaptativas individualmente, siempre es recomendable acudir a un especialista que nos asesore y nos guíe a la hora de mejorar nuestra calidad de vida.

You Might Also Like

0 comentarios

Comparte tu opinión sobre este tema!

SUBSCRIBE

Like us on Facebook