Afrontamiento positivo del estrés: para estudiantes y profesionales.

jueves, noviembre 14, 2013



El estrés es adaptativo, pues se puede considerar una función de alerta del organismo ante una situación que sobrepasa las capacidades del individuo, generalmente durante un tiempo determinado (en la teoría de breve a moderado), y que provoca reacciones tanto fisiológicas como psicológicas que derivan en un afrontamiento óptimo de la situación.

El problema deviene cuando la situación estresante no es puntual, o de frecuencia escasa, sino que se repite durante un período prolongado, y el individuo se siente en constante estado de alerta y tensión inespecífica.

Es habitual en nuestra sociedad percibir un ritmo acelerado, una actitud ante las responsabilidades y actividades diarias frenético, en numerosas ocasiones excesivo, que se traduce en personas “enfermas psicológicamente”.

En mi experiencia personal he encontrado casos variopintos, desde el individuo que tras años de sufrir un estrés diario casi insoportable acaba en consulta con la consiguiente baja médica, hasta personas que aseguraban que mantener un estado de alerta constante les hacían sentirse “vivos” y no podrían afrontar sus responsabilidades de otra forma.
Bien, dejando las opiniones subjetivas aparte, el estrés provoca cambios en nuestro organismo, centrados en:

* Predominio del sistema nervioso simpático (vasoconstricción periférica, midriasis, taquicardia, taquipnea, ralentización de la motilidad intestinal, etc.).


* Aumento en sangre de la cantidad circulante de glucosa, factores de coagulación, aminoácidos libres y factores inmunitarios.

Todos estos mecanismos los desarrolla el cuerpo para aumentar las probabilidades de supervivencia frente a una amenaza a corto plazo.
A medio plazo, este estado de alerta sostenido desgasta las reservas del organismo y puede producir diversas patologías (trombosis, ansiedad, depresión, inmunodeficiencia, dolores musculares, insomnio, trastornos de atención, diabetes, etc.)
El estrés provoca inmunodepresión. La liberación de hormonas de estrés inhiben la maduración de los linfocitos, encargados de la inmunidad específica.


Sabiendo las consecuencias en que desemboca, se han estudiado numerosas formas de afrontarlo, habiéndose llegado a conclusiones bastante homogéneas en los diferentes trabajos sociológicos realizados; podemos afirmar que existen formas globales de afrontar una situación estresante, algunas son negativas, pues nos alejan de la solución al conflicto (evitación – huída, distanciamiento), pero las que veremos más adelante comprenden las llamadasestrategias de afrontamiento positivo.

Centrándonos en el estrés sufrido por estudiantes ante los test de conocimientos, o bien el que viven diariamente los profesionales con responsabilidades acuciantes, existen una gama variada de recursos que facilitan la adptación a la situación estresante y conllevan los mejores resultados, aliviando además las consecuencias fisiológicas negativas y colaborando en la formación de mecanismos estables de acción ante problemas, que se integran en la personalidad del individuo.

Es positivo practicarlas teniendo conciencia de ellas, y una vez sepamos manejar nuestras propias aptitudes y emociones, obtendremos un feedback positivo al ver cumplidas nuestras metas, lo que conllevará un aumento final del sentimiento de autoeficacia y autoestima.

* Confrontación: aceptar el conflicto problema y exponerse a él, buscando una solución que puede llevar a un enfrentamiento directo.

* Búsqueda de apoyo social: encontrar en tu entorno personas que puedan ayudarte, y solicitar su apoyo de forma directa, sin temor al rechazo o la negación, ya que el círculo del individuo suele estar predispuesto a la colaboración, sobre todo cuando se trata de contextos estudiantiles donde son frecuentes los trabajos en equipo.

*Responsabilidad: conocimiento y aceptación de la propia responsabilidad de los hechos y sus consecuencias, es decir, asumir que el éxito o fracaso en nuestra tarea depende de nosotros.

*Planificación para resolver el problema: esfuerzos por analizar de manera lógica el problema, tomando una actitud objetiva, que nos ayuden a planificar la mejor solución.

*Valoración positiva: encontrar lo bueno a aquellas circunstancias adversas que nos provocan estrés, centrando nuestros pensamientos en lo positivo que obtendremos de superar el conflicto problema, y no en las dificultades que tenemos para llevarlo a cabo.

Si se sigue esta línea de afrontamiento, los profesionales y jóvenes estudiantes que se sienten presionados y acuciados por el conflicto diario, conseguirán reconducir su propio comportamiento hacia una solución positiva y enriquecedora, además de evitar las consecuencias negativas del estrés.

Como en otras ocasiones, recomiendo la visualización del siguiente capítulo del programa Redes, titulado “La receta para el estrés“.


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