Estoy en la treintena, y comparto un círculo de amistades que se acercan o
alejan de esta edad, por lo que puedo decir que conozco muy de cerca numerosas
etapas vitales, gracias a las experiencias y emociones que mis amigos comparten
conmigo.
Varias
de estas personas están solteras, disfrutan de una vida cómoda y divertida
(llena de altibajos y luchas, como las vidas de todos nosotros) en la que
tienen la opción de elegir cómo pasar su tiempo libre y junto a quién
compartirlo…o no.
Bruce Nauman: Human/Need/Desire |
Es
curiosa la dinámica de relaciones humanas que se ha establecido en mi contexto
cultural más cercano (ubicado en una gran metrópoli europea), y que me ha
llevado a escribir el artículo de hoy.
Las personas que, por elección personal, han decidido que les gustaría tener pareja y están en situación de lograrlo, pasan por numerosos y habituales estados de frustración, desesperanza y hastío; debido principalmente a que se ha polarizado la idea de relación íntima personal.
- Por un lado está la normalización y expansión de la libertad sexual en ambos sexos, que da la oportunidad a los individuos de mantener una vida sexual activa sin dependencia de una relación de pareja estable. Esto, tan positivo como parece, crea la contrapartida del choque de objetivos entre los individuos: muchos de mis amigos encuentran personas con las que compartir un agradable rato erótico, pero a la mañana siguiente no reciben la continuidad emocional deseada, porque el objetivo del otro era puramente sexual. (En este punto me extenderé en el próximo artículo de Personalidad Experimental).
- Por otro lado, y ligado en cierta medida a lo anterior, encontramos la idealización del amor, conceptualizado como “amor romántico”, ese sentimiento inmenso e inigualable que, supuestamente, todos debemos sentir en algún momento vital sin la menor duda.
Ambos
polos conllevan una vorágine vital y emocional complicada de manejar, y en estas
líneas quiero compartir los 19 mitos del amor romántico agrupados en 4
secciones temáticas; para, al menos, liberarnos de ataduras impuestas
socialmente y que no cuadran con la realidad que todo individuo batalla.
| Grupo 1. “El amor todo lo puede” 1. Falacia de cambio por amor 2. Mito de la omnipotencia del amor 3. Normalización del conflicto 4. Creencia en que los polos opuestos se atraen y entienden mejor 5. Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato 6.Creencia en que el amor “verdadero” lo perdona/aguanta todo Grupo 2. “El amor verdadero predestinado” 7. Mito de la “media naranja” 8. Mito de la complementariedad 9. Razonamiento emocional 10. Creencia en que solo hay un amor “verdadero” en la vida 11. Mito de la perdurabilidad, pasión eterna o equivalencia Grupo 3. “El amor es lo más importante y requiere entrega total” 12. Falacia del emparejamiento y conversión del amor de pareja en el centro y la referencia de la existencia 13. Atribución de la capacidad de dar la felicidad 14. Falacia de la entrega total 15. Creencia de entender el amor como despersonalización 16. Creencia en que si se ama debe renunciarse a la intimidad Grupo 4. “El amor es posesión y exclusividad" 17. Mito del matrimonio 18. Mito de los celos 19. Mito sexista de la fidelidad y de la exclusividad |
Todos
estos mitos dan lugar a una cultura donde el amor romántico se da por sentado,
y los individuos viven sus relaciones personales bajo unas premisas erróneas y
desnaturalizadas, lo que da lugar a un reguero de corazones rotos.
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La
exclusividad, el amor verdadero, la pasión eterna, el cambio por amor, la
entrega total, etc., son conceptos que no casan con las cogniciones, emociones
y amplio abanico de conductas humanas, que están influidas por el contexto, la
educación, la experiencia y la personalidad de cada uno de nosotros.
Creer que sólo existe un amor verdadero provoca por ejemplo, inseguridad y culpa en las personas que teniendo pareja se sienten atraídas sexualmente por otros individuos; cuando la ciencia evolutiva constata que ésta es la forma de interrelación humana más habitual.
Una
mujer o un hombre que tenga instaurada como verdad el mito de que su pareja
puede cambiar por amor, sentirá insatisfacción y frustración en su relación
cuando constate que el otro no sólo no cambia al quererle, sino que, según su
relación avanza, éstas características de personalidad se acentúan por la
normalización de la convivencia.
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Con
todo esto, hoy me gustaría transmitir a mis lectores la idea de que los corsets
y mitos sobre las emociones son sólo eso, creencias culturales que nos
autoimponemos y de las que somos capaces de liberarnos (si no solos, con la
ayuda de un terapeuta en caso de que nos provoquen infelicidad o inhiban
nuestros verdaderos deseos vitales), siempre que nos permitamos abrir nuestras
mentes a nuevas concepciones, basadas en nuestras propias experiencias vitales
y en todo aquello que sentimos y amamos.
Liberad la mente para liberad vuestra propia realidad.
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